Podríamos denominar el periodo comprendido entre finales de los años 50 y principios de los 60 como la época dorada del rock and roll instrumental. Artistas como Duane Eddy, Johnny and the Hurricanes, The Ventures o Dick Dale, en Estados Unidos, o grupos como The Shadows o The Tornados, en el Reino Unido, copaban con frecuencia los primeros puestos en las listas de éxitos. Esta corriente fue decayendo poco a poco con la aparición de The Beatles y sus fantásticas armonías vocales, convirtiendo el rock instrumental en un género totalmente pasado de moda. En España, sin embargo, algunos de los mejores discos de rock instrumental se grabaron a mediados/ finales de los 60. Esto tuvo que ver, en parte, con el hecho de que en la España de Franco las cosas solían llegar siempre un poquito más tarde. Pero también hay que apuntar que en nuestro país el rock instrumental, tras una primera etapa en la que imitó descaradamente los sonidos que venían de USA y Gran Bretaña, evolucionó más tarde hacia una fusión de los sonidos foráneos con la tradición musical hispana, dando vida a discos realmente originales y únicos en la discografía mundial.
El grupo madrileño Los Relámpagos,
conocido al principio como Dick y los Relámpagos, fue uno de los
grupos pioneros del rock and roll en España.
Todos sus miembros habían estado
tocando en diferentes grupos (Los Tigres, Los Morgan) desde finales
de los años 50, sin ningún tipo de repercusión, cuando en 1962 se
encontraron en el programa de radio intercontinental “Que ruede la
bola”, programa dedicado a jóvenes promesas en busca de una
oportunidad. Fue entonces cuando decidieron unirse para crear un conjunto de rock instrumental.
El grupo estaba formado por Pablo
Herrero (órgano), José Luis Armenteros (guitarra principal),
Ignacio López Campins (guitarra rítmica), Francisco Romero (bajo) y
Ricardo López Fuster (Batería). En 1963 Francisco Romero sería
sustituido por Juanjo López Campins, hermano de Ignacio, y con esa
formación grabarían sus mejores discos.
Los primeros tiempos fueron bastante duros,
tocando horas y horas en el club Castelló, uno de los más
importantes de la ciudad, por unas cuantas consumiciones, o pagando
los instrumentos a plazos. Todo cambió a mejor cuando una noche,
mientras tocaban en el citado club, los vio actuar Mike Rios, un
cantante granadino que había registrado sus primeros discos con la compañía
Philips durante aquel 1962. A éste le gustó tanto el sonido del grupo que
les pidió que fueran su banda de acompañamiento. A partir de aquí las cosas empezaron a mejorar para el grupo madrileño, llegando incluso a actuar en el primer festival del
mítico circo Price de Madrid, el 18 de noviembre de 1962, junto a
otros pioneros del rock en España, como Los Estudiantes o Los
Pekenikes.
Tras grabar varios discos junto a
Miguel Ríos, la compañía les permitió registrar su primer EP en
solitario (1962), en el que destacaban los temas “Los vikingos”
y “Constelación”. La seña de identidad del sonido de Los
Relámpagos era por entonces el órgano Hohner de Pablo Herrero, el
cual les hacía sonar de manera diferente a los demás grupos españoles de rock instrumental de la época, la mayoría de los cuales recordaban a The Shadows o The Ventures. Los Relámpagos sonaban más a Johnny and The Hurricanes o The Tornados.
Tras este primer Ep, los Relámpagos
grabarían, entre 1963 y 1965, seis discos más para la compañía
Philips plagados de interesantes canciones instrumentales, como “El
twist de los siete hermanos” (adaptación del musical “Siete
novias para siete hermanos”), “El paso de los Urales”, “Arenas
movedizas”, “Relámpagos”, “Aster Nova” o “El tren de las
tres y diez”.
En cualquier caso, se podría decir que
Los Relámpagos de la época Philips, pese a ser capaces de imitar de
manera portentosa el fantástico sonido de grupos como The Ventures,
Johnny and The Hurricanes o The Shadows, y pese a componer muchas de
sus canciones , no crearon nada realmente nuevo musicalmente hablando.
Las cosas empezarían a cambiar a partir
de 1965, cuando Los Relámpagos decidieron dejar de trabajar para
Philips, compañía en la que no se encontraban demasiado a gusto, y
aceptaron la propuesta que les hizo Luis Sartorius ( antiguo miembro
del primer grupo de rock and roll español, Los Estudiantes) para
trabajar en la discográfica Zafiro, grabando en la recién estrenada
compañía subsidiaria Novola ( orientada a ritmos más “modernos”),
donde estaban empezando a grabar grupos como Los Brincos o Micky y
los Tonys.
En Novola/Zafiro Los Relámpagos
fusionarían la vasta cultura musical hispana (popular y clásica)
con el rock and roll instrumental anglosajón que tanto les gustaba,
creando algo completamente nuevo y único en el mundo.
De todos modos, hay que aclarar que no
fueron los primeros en intentar algo similar. Los Estudiantes, mítica
banda madrileña considerada como la primera banda de rock and roll
española, ya incluían en su primer EP (grabado a finales de 1959)
una versión del romance anónimo del siglo XII “Me enamoré de un
ángel”. Aunque, a decir verdad, poco tenía de rock and roll
aquella versión. No mucho más tarde, otros rockeros consiguieron
fusiones mucho más interesantes, como las versiones de “Zorongo
gitano” realizadas por Los 4 jets y Micky y los Tonys (1964), el
“Flamenco” de los Brincos (1964), las versiones de “Los cuatro
muleros” y “El Vito” de los Pekenikes (1964), el “Válgame la
macarena” de Los Cheyenes (1965) o el “Canto a lo español”(1966)
de Los Ángeles azules (conocidos más tarde simplemente como Los
Ángeles), por citar sólo unas cuantas.
En cualquier caso, fueron sin duda Los
Relámpagos los que con más fuerza apostaron por la fórmula.
Mi disco favorito de la banda es su
primer LP, “Los Relámpagos”, editado por Novola en 1965.
Si quisiéramos que alguien que no hubiera escuchado el disco anteriormente se hiciera una idea sobre su contenido, podríamos decir que es algo parecido a lo que se hubiera registrado si Los Ventures, Los Shadows y Johnny and The Hurricanes hubieran grabado un LP durante sus vacaciones en España aplicando su característico estilo de rock instrumental a coplas, pasodobles, boleros o zarzuelas.
Si quisiéramos que alguien que no hubiera escuchado el disco anteriormente se hiciera una idea sobre su contenido, podríamos decir que es algo parecido a lo que se hubiera registrado si Los Ventures, Los Shadows y Johnny and The Hurricanes hubieran grabado un LP durante sus vacaciones en España aplicando su característico estilo de rock instrumental a coplas, pasodobles, boleros o zarzuelas.
Los Relámpagos registraron en este
disco novedosas y originales versiones de clásicos como “Dos
cruces”, “Limosna de amores”, “Luna de España”, “La
leyenda del beso”, “María Dolores” o “Hay quién dice de
Jaen”. Pero no solo se conformaron con esto, también aplicaron la
fórmula para crear composiciones propias, grabando fantásticos
temas como “Seguidillas” (rock instrumental fusionado con jota
machega), “Noches de Andalucía” ( rock con ecos flamencos),
“Babieca” ( con el caballo de El Cid y el órgano de Pablo
Herrero cabalgando a ritmo de los Shadows) o la archifamosa “Nit de
llampecs” (sardana-rock). Mención aparte merece “Dulcinea”,
una canción inclasificable que mezcla las clásicas palabras de Don
Quijote con el futurista y electrónico sonido del órgano de Pablo
Herrero.
En “Los Relámpagos” (1965) la
banda homónima creó algo diferente con un estilo propio en el que aún
se intuyen las influencias pero donde ya no hay una descarada
imitación. Un verdadero rock instrumental hispano con esencia
propia.
Al año siguiente la banda viajó a
Italia para grabar su segundo LP, “Seis pistas” (1966). Como bien
indica su título, en este caso se utilizaron técnicas de grabación
mucho más modernas (seis pistas), lo cual se percibe en el sonido
final. En el disco encontramos varias composiciones propias, que
podrían haber formado parte perfectamente del primer LP, como
“Vacaciones en España” o “Bailarina de España”, junto a excelentes versiones, como “Macarena” (Pasodoble-Copla), “Alborada
gallega” (del compositor gallego Pascual Veiga, con un original uso
del órgano) o “Canción del vagabundo” ( de la comedia lírica
“Alma de dios”, del maestro Serrano).
Aunque quizás lo más destacable de este segundo LP sea la inclusión, por primera vez, de dos versiones de temas de
compositores “clásicos”, como Manuel de Falla y Francisco
Tárrega.
La psicodélica versión de “Danza
del fuego” de Manuel de Falla es de lo mejor de la discografía de
Los Relámpagos, donde consiguen fusionar una pieza clásica española
con los nuevos estilos musicales impregnados de LSD.
Por otra parte, la versión de
“Recuerdos de la Alhambra” de Francisco Tárrega deja entrever lo
que sería el tercer Lp del grupo, “Los Relámpagos” (1968).
En dicho Lp se alejan un tanto del
estilo marcado por los dos primeros largos, dejando de lado las
versiones de coplas, pasodobles, sardanas o jotas para sumergirse en
el universo clásico español de finales del XIX y principios del XX,
adaptando la obra de compositores como Isaac Albéniz, Enrique
Granados o Manuel de Falla.
No hay duda de que el intento es
encomiable, y la calidad de las composiciones queda fuera de toda
duda, pero al escuchar los temas el que aquí escribe hecha de menos
la inmediatez y la naturalidad de los dos primeros LP´s: gran parte
de la materia rockera se ha evaporado y ha dado paso a un experimento
algo pretencioso.
De todos modos, hay que señalar que
afortunadamente no todo lo que encierra este tercer LP son
“complejas” versiones de clásicos españoles. El grupo incluyó
además otros temas que ya habían aparecido anteriormente en forma
de singles durante el año anterior (1967), como “El arlequín de
Toledo” o la original “El baile del bufón”(potente y original mezcla de
psicodelia con medievo, vía un arpa de boca), los cuales, en mi
opinión, mejoran el disco. Mención aparte merece la versión instrumental de
“La santa espina”, sardana nacionalista catalana prohibida durante el franquismo, compuesta por
Enric Morera en 1907.
A finales de 1968 el grupo se quedó
sin las dos principales señas de identidad de su sonido: el órgano
de Pablo Herrero y la fender stratocaster solista de José Luis
Armenteros. Éstos acabarían dedicándose más tarde a la dirección
musical y a la composición, creando algunos de los temas más
conocidos del pop español, como “Cuéntame” de Fórmula V o
“Libre” de Nino Bravo.
Por otro lado, el bajista Juanjo López
Campins y su hermano Ignacio, hasta entonces guitarra rítmica,
asumieron las funciones de Pablo y José Luis, creando, junto al
batería Ricardo López Fuster, unos nuevos Relámpagos, que pronto
dejaron Zafiro/Novola para fichar por RCA.
En RCA los 3 músicos anteriormente citados, junto a varias nuevas incorporaciones, grabarían dos
nuevos LP´s : “Páginas musicales de la historia de España”
(1969) y “Piel de toro” (1971). Pese a que la etapa RCA fue
probablemente la peor del grupo, hay que destacar la calidad de “Páginas musicales....”,
disco en el que intentan acercarse musicalmente a figuras y
acontecimientos fundamentales en la historia de España, como
Abderramán, la batalla de Covadonga, Aníbal o Jaime I, y en el que
el rock vuelve a tener un papel destacado, aunque también sobrevuela
sobre él la experimentación de la época del progresivo.
Tras el olvidable “Piel de toro”
(1971), el grupo se disolvió en 1972.
He de reconocer que no todas las canciones que grabaron “Los Relámpagos” me encantan, y algunas de ellas me recuerdan demasiado al sonido de ciertas infumables orquestas de fiesta patronal que basan su repertorio en perpetrar versiones pretendidamente "modernas" de éxitos "folclóricos", utilizando, como armas de destrucción masiva, un sintetizador cutre y unas guitarras que no suenan a guitarras.
Pero, por otro lado, también opino
que los mejores discos de Los Relámpagos, cocinados a partes iguales a partir del rock and roll y la tradición hispana, son únicos en la discografía
mundial, un tesoro que debemos preservar y dar a conocer a las
nuevas generaciones.
Espero haber puesto mi pequeño granito
de arena con la redacción de este artículo.
Hasta pronto....
Pep Vinilo
Fuentes:
-lafonoteca.net
-Páginas interiores de la recopilación "Los Relámpagos, vol 2. Todas sus grabaciones en discos Novola y Zafiro (1965-1968)" (publicada por el sello Rama Lama Music en 2002 ), escritas por Manuel Román.
-Domínguez, Salvador, Bienvenido Mr. Rock, SGAE, 2002.
Imágenes:
-Youtube
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